Sin desarrollo personal no hay crecimiento profesional

Conocerme a mí misma, detectar mis fortalezas, entender mis sentimientos, gestionar mis emociones, abrazar mis miedos… Ha sido fundamental para llegar a sentirme tan plena y libre como lo soy a día de hoy.

Cuando me preguntan “¿Qué harías diferente si volvieses a empezar?”, tengo dos cosas muy claras. En primer lugar, tomar antes la decisión de rodearme de un entorno expansivo que me sostenga e impulse a sacar mi mejor versión.

Y en segundo lugar (pero no menos importante), trabajar en mi liderazgo interno a diario. Literalmente podría escribir un libro de todo lo que he aprendido (lo confieso, es uno de mis sueños a largo plazo).

Emprender requiere salir de tu zona de confort

Y eso es algo maravilloso si lo asocias con aprendizaje y superación en vez de con miedo e incertidumbre.

Siempre he sido una persona más bien introvertida. Hace unos años era impensable para mí hablar a cámara, hacer formaciones para grandes grupos de personas, impartir clases en la universidad, o incluso liderar experiencias presenciales propias.

Y ahora mírame. Disfrutando como una niña pequeña y con un corazón que late cada día con más fuerza.

No dejes que tu expansión personal termine nunca.